Cuando el día anterior me encontré con ese chico, se me volvió a parar el corazón. En una entrada de este blog, hago una pregunta reflexiva sobre lo que debería de hacer, pero cuando ví a ese chico, se que me tendría que quedar.
Nos cruzamos, nos miramos, me preguntó por la hora, le contesté y luego empezamos a hablar del tiempo (cuando no se sabe de que hablar, es un tema muy normal), al poco tiempo cuando fuimos cogiendo confianza estuvimos hablando sobre lo que cada uno estudiaba,..., en definitiva, esta fue la conversación:
Él: Perdona, ¿me podrías decir la hora?
Yo: Si, son las 15:15h.
Él: Gracias. Que mal tiempo hace, ¿no?
Yo: Siiii, llevas razón.
(Tras 10 min sin hablar,...)
Él: Te he visto por aquí un par de veces más, ¿estás estudiando aquí?
Yo: Si, estudio enfermería, ¿y tu?
Él: Yo estudio fisioterapia, ¿nos vamos a tomar algo a la cafetería?
Yo: Si, por favor. (Que mono, me está hablando. Podría decir que me estoy enamorando,... (L) ).
(Después de tomarnos un café..)
Yo: Bueno, me llamo Aymara y vengo de Bolivia, encantanda, debo de irme a clase.
Él: Yo me llamo Carlos y soy de aquí. Encantando igualmente. Ya nos veremos por aquí.
Todo fue perfecto, cuando estaba en clase, fue una de esas veces que no te apetece ni prestar atención porque te ha pasado algo alucinante. Cada vez aquí era más feliz, me gustaba la carrera de enfermería, los profesores, los compañeros y aquel chico.